Un blanco, pequeñuelo y bel cordero
Vandalio para Dórida criaba,
Cuando viendo que el lobo lo llevaba,
Dijo alzando la voz, airado y fiero:
“¡Al lobo, al lobo, canes, que os espero,
Argo, Trasileón, Melampo y Brava!
¡Hélo!, Brava lo alcanza y, ¡hélo!, traba.
Soltado lo ha el traidor, por ir ligero.
Ya lo veo y lo alcanzo, ya lo tomo;
Ya se embosca el traidor, ya deja el robo;
Ya mis canes se vuelven victoriosos.”
Así decía Vandalio, y no sé cómo
Por entre aquellos álamos ombrosos
Eco resuena ahora: ‘¡Al lobo, al lobo!’