Nunca hubo palabra
al menos
ni primera ni última
(esa que penetra en silencio, ojo a ojo, poro a poro)
Puede que siempre haya sido la misma palabra :
la que nos unió
la que nos mantiene llama encendida
(magia creada a alma y pensamiento)
Hierve el torrente
La herrumbre compite con el polvorín
Y quiere explotar en pos de su artificio
Para iluminar toda oscuridad
O niebla que pretende perturbarnos
Entonces
¿qué nos impide continuar?
La suerte ya está echada
Volando
Acariciando riberas
Rasgando arrecifes.