Tu casa aparece en mi sueño.
Un aire pequeño habita sus rincones
Y a veces se duerme
Y parece que no está.
Yo paseo por ella descalza,
Cubierta apenas
Por una camisa blanca
De algodón.
Y hacemos a menudo
Zumos de naranja y negros cafés
Y tostadas crujientes y mermeladas
De ciruela de melocotón de fresa…
Y son infinitamente dulces
Tus labios.
Pero lo cierto
Es que no existes y tu casa
Es un sueño de mentira,
Un antojo, este poema.