Dimes y diretes
Saltos roñosos
¿diálogo?
La ira navega su noche
Sin divisar faro alguno
El odio intenta invadir pupilas y
Por defensa
Las frustraciones siempre quieren
Tener nombre ajeno
Haber andado las mismas calles (los mismos tiempos)
Con distintos ojos
Con heridas (en aceras
De ida y vuelta)
Tal vez así sea la vida
Y, atravesando umbrales
Aún abogo por la media
por la unión de las diferencias
Puede que la casualidad haga
Que jamás salga engalanando rencores
Y descarte la rueda de la fortuna
Con el mismo énfasis que niego las partes ciegas
Lastimadas en el paso
No soy dado a botar la casa por la ventana en eufórica fiesta
Y, al otro día, estar rogando al primer Dios que se aparezca
(si es que llega alguno
si es que no depara en el abono de promesas)
No he de responder por los vicios de la historia:
Antepongo la pericia de sobrevivirlos, de enmendarlos
A veces, es más importante quebrar los escudos
Y exponerse
Arrancarse algún que otro rostro
(o los besos que se dan con la yema de los dedos)
Para arreglar la casa
La verdad
Nunca ha engendrado problemas, sino el propósito
Es mejor arreglar la casa, propia
Con mirada hacia todo lo bueno
Y alerta ante piedras del camino.