Swedenborg

A José Antonio Antón Pacheco

A sus labios descendían los ángeles

Con sus alas de plata, le obsequiaban

Con palabras de tibia eternidad,

Maravillosos fuegos, armonías

De planetas, de músicas, de hogueras.

En las calles de Londres, el murmullo

Del viento anunciaba la escarcha

De sus cuerpos, los ángeles más blancos

Le traían palabras de otra vida,

Como a esos ancianos – tan secretos –

Que recogen la luz al mediodía.


1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (1 votes, average: 5.00 out of 5)

Poema Swedenborg - Miguel Florián