El País que sueño arde en mi alma
Con sus crudas huellas de muerte cotidiana.
Aquí nacieron mis ojos y vi el sol sobre la tierra,
Girando sobre la retina de la noche y la aurora.
No fue fácil tocar el fondo de tus labios:
Para recorrerte miles de cuerpos cayeron sin resucitar,
Heridos, ciegos, bajo una lluvia de ventanas.
País densamente hondo de féretros, de noches,
Y sombras que se llevan las manos al pecho
Para hacer creer que duele, punza, el recuerdo de la penumbra.
En este sigilo y zozobra creció mi juventud.
Murió mi juventud sin soñar y ver la luz.
País sin el sonido de las campanas ¿Quién te recuerda
Con buen augurio? ¿De quiénes son
Tus pasos siniestros y sombrero de saña?
¿De quién la memoria insomne convertida en piedra,
Lengua de nubes sobre la hojarasca, tapiales de noche?
País de sombras goteando sombras.
Avispas besan tu boca bajo el murmullo del viento.
Cruces acechan como caballos a galope.
Vivir en ti no es fácil: La sangre gime
Frente a las imágenes que se tragan los sueños…