Tu breve nombre aroma la leyenda.
Es conjuro y es clave. Se hace fina
Encarnación de ensueño y se adivina
Que en ti lo eterno se te vuelva ofrenda.
Para amarte cabal, no hay quién no encienda
Su corazón y, por tu diamantina
Pureza, mire como se origina
La flor, la estrella, el alma, y así entienda.
Su eclosión en tu cuerpo condensada,
Donde la gracia se quedó dormida,
Soñándose a si misma ensimismada
Que tal prodigio del humano hechizo,
Fuese como el resumen de la vida
Y tu, por ser mujer, su paraíso.