Antes nunca lo bello fue más bello,
Ni en marco tan de luz posó una cara,
Como una lluvia de oro que mojara
Deliberadamente tu cabello.
Antes nunca un fulgor puso en tu cuello
Una chispa más dúctil, ni más clara,
Como si otro destello se escapara
Desde la entraña misma de un destello.
Un prodigio dorado en cierta tinta
Logra que, siendo tú, seas distinta
Al crear más belleza en tu belleza.
¡Cuánto rubor le brindas a mi almohada
Con esa profusión inesperada
De rayitos de sol en tu cabeza…!
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