Los viejos rieles del ingenio
Quién pudiera desandar el polvo insolente y niño pertinaz y anudar los zapatos en la encina, tras las cañas o el podrido tronco de mi […]
Quién pudiera desandar el polvo insolente y niño pertinaz y anudar los zapatos en la encina, tras las cañas o el podrido tronco de mi […]