EL infinito ha rodado negror, la estrella ha llorado rosa:
Parábolas, palabras… Aconteció, pues, casualmente, y Jesús le respondió diciéndole:
Quien ama su alma lam perderá. Parábolas, palabras.
Nace el sol, muere el sol, espuertas de oro, rayos de luz, sistemas.
Ven al Faraón, el hijo del Sol: Palabras, parábolas.
Tus pechos como torres en que hallo la paz. Y el mar puso perlas rubias en tus mamas bermejas.
Y la luna riela, cae la noche, hágase la luz, la buena nueva.
La luna aspiremos con la boca puesta en forma de cero. Y la luz fue hecha.
Entre los fariseos. Parábolas, palabras.
Vino primero pura, cada cosa en su ser, mariposa en cenizas desatada.
Entre las azucenas. Y la resaca se abre a la eternidad, ya muda: Eternidad, parábola.
Abres tus ojos. ¿Ves? Cierto que llega el sol – palabras – y que te unta de días – parábolas – amortajándote con paciencia.
Perro viejo que lame las brumas sin decoro y te ulcera de presencias. Presencias: palabras.
Estaba Dios dando de comer días y días a la noche para mantener el sueño de los hombres
Con su luna febril y sus miembros convulsos. Y el hombre se embriagaba de silencio nocturno.
El infinito caía de entre los dedos divinos y manchaba de estrellas la noche grande.
Y la palabra, poeta, era el principio del paraíso,