A Blanca Castellón
Un pájaro que despicotea la mañana abre el día.
En los escaparates del viento
-estremecido por violines
Que suenan
Desde los árboles-,
Echa a volar sus alas
Prendadas a la envoltura del jardín.
No sabe que su canto
Inspirado concierto
Del patio enramado
Impide al silencio del mundo
Desengavetar turbias melancolías.
La corteza de mi mirada,
Arrastrada
Por el aéreo pestañar de sus alas,
Apenas deletrea
El abanicado horizontes
Del lenguaje de sus colores.
Él vuela
Sobre fornidos tallos
En la clorofila que lo acoge,
Mientras,
El aire va disipando
La leve
Sombra vacía
Que en declive
Clavó
Por la tierra.
Y raudo,
Y escurridizo,
Avanza hasta huir
Entre cielos
Despojados de estrellas,
Por la esquina vencida
De las últimas naranjas
No dejando en el vuelo
Caer
La vida.