Ya he visto toda cosa y no es el sentimiento
quien dicta en la conciencia.
Una noche rondaba un cadáver austero
en la memoria
y no sabía decir lo que pasó y estaba
atolondrado, el alma salía al desempiedro
a rondar el pasado para vencer el miedo.
Sombras que ocultan al amor
pues la noche es experta, desvía lo que relata.
Tengo que mencionarlo sin atender al nudo
que escribe los momentos.
Conducir el esfuerzo del rayo cuando late,
al tamaño de una estrella.
Conciencia de aquel mísero ebrio desamparado.
Iba al sur caminando, la ciudad hace trampa
aunque sabe de sobra
que zozobra, indigente, lista a perderlo todo.
Así pueden pasar muchas horas,
noches completas sólo convocando
la secuencia amarga.
Hay un perro, está solo porque no necesita
una hembra que borde en su columna nada.
Lo que pasó esto fue,
pero nadie lo crea porque no se establece
correspondencia alguna. Caso omiso a mi caso,
a mi omisión sumiso. Debo llegar al punto
donde la coincidencia complete el recorrido.