En el misterio insondable y soñoliento del hálito perdido,
En el terror que causa en mi mirada el derredor y el mundo,
En el ambiente de tiniebla negra que en esta noche ordena:
Me siento el alma como un dolor ajeno, agrietado, sin tregua,
La luz en mi interior se hace más grave, envejece y se oprime
Y tengo en la expresión de mis palabras, el sueño de un poeta.
No sé que misteriosos padeceres se adentran en mi música bohemia;
No sé que de terribles ansiedades mi pecho sólo sin cesar musita,
No sé qué de ternura involuntaria me vence y me consume…
Hay el furor inquieto de fantástico rito en mis ansias henchidas,
Hay el dolor sereno que suspira como en sueño algún nombre…
¡Yo sé que necesito en esta noche negra la sombre de un amor…!
Con una risa noble que domeñara fuerte mis dolores sin mácula…
Con unas manos límpidas que tomaran las mías en susurros de efectos…
Con unos ojos negros que se adentren fecundos en mi interior rebelde…
Con un busto elegante que brindara sus formas a mi poema suave…
Con unos labios gruesos que sintieran los míos en éxtasis excelsos…
Con una mujer bella esta noche a mi lado…! Yo no sé lo que haría.