Negro

Hay un tiempo, hogaño está lejos,
Que remotamente se despide de otro tiempo en otra parte mencionado,
Como desde la ventanilla de un tren expreso nos despedimos de los paisajes,
Árboles, ocasionales siluetas humanas que se recortan contra el background de los ornamentos naturales agrarios

Mejor aún cuando inmóviles en la escalinata que lleva directo al vientre del aeroplano
Nos damos vuelta agitando la mano en un signo tan convencional como preñado de significaciones,
Hacia los amigos y familiares y simples relaciones que se han conglomerado ahí,
En la loza del aeropuerto para despedirnos.
Mientras la otra mano se tensa sobre la manija de la más inocente,
La más gastada de nuestras valijas, aquella que pese a su aspecto inocente y poco valioso oculta,
Amén de recuerdos personales, fotografías y cosas así, que a nadie importan sino a su inmediato poseedor,
Quizás aquellos mismos elementos conflictivos que los representantes de una autoridad
Siempre ávida de nuestras amarguras y sinsabores han buscado en esas reuniones secretas,
En que deciden nuestro destino y hacen el balance de nuestro posible peligro frente a sus tambaleantes instituciones.
Toda institución que se defiende observa cómo su debilidad crece en la misma medida en que se la vigila
Y cuida como una flor improbable llenándola de guardias y agentes,
De aparatos de seguridad y convenios con entidades crediticias continentales y de ultramar.


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Poema Negro - Jorge Etcheverry