Nada más

Nada más que este fuego que se me prende al pecho
Puedo darte. Nada más. Y no sé si te basta.
Casi todo mi mundo se encuentra piel adentro
Y este cuerpo que miras, compañera, es mi casa.
Es la casa en que habita lo que soy, cuanto tengo.
Tú lo sabes; a veces has llamado a mi puerta.
Todas mis pertenencias se ciñen a mis sueños
Y al recuerdo del sitio que abarcaron mis huellas.
Vivo sencillamente, con un deseo bueno
De compartir los frutos de mi mejor cosecha.
No me duele el pasado, no me obsesiona el tiempo.
En paz labro mi campo de esperanzas inmensas.
Hoy tender aquel puente, trazar cierto camino…
Este afán de llegar siempre lejos, más lejos,
Y recorrer la vida libre de pesimismos
Con la sabiduría que otorga el propio encuentro.
Y es esta mi riqueza, mi riqueza de pobre,
Porque teniendo poco soy rico en lo que tengo
Debajo de estas ropas, más allá de mis voces
Y del mundo tangible que hoy limita mi cuerpo.
Ya lo ves, poco tengo y no sé si te basta
Pero mi casa es tuya y en mi casa te espero.
Y como tú conoces cuales son mis palabras,
Juntos compartiremos idénticos silencios.


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Poema Nada más - Jorge Antonio Dore