Monasterio marino

Sant Pere de Roda, 1983

Es un jardín donde reposan las gencianas.

De tanto abrirse al mar se extraviaron

Sus pupilas – sus manos acarician

El mismo musgo seco.

El golpe de una copa

Contra el muro – las almenas o el afilado

Encuentro de unos ojos, nos revelan

El imperio desnudo de la muerte.

Aquí el viento es padre de las piedras,

Y las sirenas reclaman a los barcos perdidos.


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Poema Monasterio marino - Miguel Florián