Mientras la rubia crin al aire ondea
De Febo oscureciendo el claro rayo,
Y en la mejilla, y frente el rico Mayo
De flores lleno al corazón recrea,
La luz miraba yo do Amor se emplea,
Haciendo al alma un tiro y otro ensayo.
Mas triste digo, y en la cuenta caigo,
¿quién hay que tanto ardor atento vea?
Los ojos bajo al suelo al punto,
Temeroso de luz tan peregrina,
Y así estuve suspenso un rato en calma:
Mas el daño no vi, que estaba junto,
Que de la voz angélica, y divina,
Por la oreja me fue herida el alma.