Crece la desventura.
El extravío.
Nada va y nadie viene
Sin embargo algo crece.
Una llamarada hostigando los desvaríos
De la oscuridad.
Infladas de misterio
Las palabras
-palpables
Libres
Retozantes
Como potrancas chúcarasse
Flanquean
Con una lluvia de sordas y atropelladas voces.
Apurada,
Se apresta la carne
A saciar su cósmica inmortalidad
Detrás
De los actos
Confabulados
Mediante días y noches.
El relámpago,
Por medio del verbo,
Irrumpe y divide
El espíritu de la sangre
Aunque por de pronto no;
En este momento no,
Pues es solo el canto
Del pájaro
Que llama
Al que viene
Entre la floresta
De algo que crece.