I
Me llamo Ezequiel
y soy / como ve /
este péndulo oscilando agrio frente a usted:
ayer ebrio / hoy ebrio.
Ni izquierda ni derecha / advierto / sino centro:
el punto exacto donde caigo
después de tanta volandera diaria.
Lo siento / joven.
Sé que mi aliento le ofende:
marchita las flores
de su corbata tan elegante y sobria
enturbia el claro porvenir
que titila en la piedra de su anillo
de bachiller.
Mire / pues / allí enfrente /
otra mosca
que
cae
bajo el fogonazo de mi certero infierno líquido.
Cazador de moscas soy / antorcha humana /
dueño del estrépito de mil venados embravecidos.
Me llamo Ezequiel /
Ezequiel martínez urízar para servirle a usted
y soy / como ve /
este tronco viejo
arrasado por un cotidiano remolino
de alcohol / humo y desesperanza
este fantasma con una tupida zopilotera
revoloteando encima de su cabeza.
Viejo cabrón / bolo de mierda / dirá usted.
Lo sé. Usted me conoce a mí / violentando un poco la semántica /
como la Bala perdida.
Yo soy / es cierto /
disparo que no cuajó / en su hora /
en el ojo de la tiniebla.
Pero usted
es también / al igual que yo /
habitante predilecto de este muro donde sólo llueve sombras.
Ambos: hijo y nieto
de una única fecha paridora.