Me

ME dispongo a ser eterno aunque tarde

Por principio o color de mis ojos

Adalid al arbitrio de un tiempo escaso

En motivos de paloma

Como hombre me dice la tierra

No son palomas sino vértebras dedicadas a la oración que se orientan

Por los intersticios de un agua delicada

Procurando sobreponerse a su dignidad de lágrimas

No son sino islas de amor varadas a destiempo

Un racimo de uvas al poniente

Erguido estoy bosque marcado de sueños de almohada

En el preámbulo del decreto celeste

Que obligará la tala de algunas hermosas leyendas

Según la moda es la lluvia detenida en la luz del oeste

Quien cierra en un horizonte estos pocos millones de seres

Aritmética en dulces tiempos

Hasta donde la luna no ha de llevar su palabra

Máquina de palidecer minutos

Ser eterno es sufragar nuestros límites

Venidos de lejos sin prevenir al paisaje

Cuando apenas lo cubre la luna menguante

Quién se atreve a apoyar sus manos en las rodillas de la luz

Delicioso légamo de vientres pulpa de horrendas llanuras

Aunque la tarde al ser mirada fijamente cambie de carácter

Ser eterno es decir

Una memoria de música espantará todos los astros

Y el hombre doblado por su gesto

Coincidirá con los rezos

Desprendidos de los niños cuando aún no ven del todo

Porque madre es tan sólo una espesa arboleda

Y no hay suficientes bacterias de amor

La última la pequeña dosis de oráculo


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Poema Me - Luis Álvarez Piñer