MADRE el abanico apoya sobre tu alma
Aquella rosa que yo te adquirí para nacer
Reanudando el cristal de ventura en que miramos
.hasta la unidad portadora del vaivén de la cuna y el sepulcro
Algo se queda sin embargo madre
Entre los días y las noches caídos sobre las ciudades
Que calientan un poco la palabra destino
Entre las sílabas amargas quebradas al embeleso
De tantas celdillas ocupadas en consumirte
A pesar de estos manjares precipitados que sacudes
Y que te aman con sus sabores tan llenos de porvenir
Hablando con voz de la tierra desde tu corazón
Algo se queda sin embargo madre
En el éxtasis de los dedos afilados por la obediencia
En esa caricia encontrada en el no saber decir
Tengo miedo de ir creciendo e impedir que te mueras
Es un pan de sabor pobre aunque caliente
Cuando ya es de noche y se encuentra la casa vacía