Vuelve al seno de tu entraña
La líquida esencia que discurre contra el tiempo,
A la ceniza
Que viniendo del fuego
Enciende hogueras de plena gracias,
A la fiel respiración
Con que tus pulmones alimentaron
El primitivo llanto.
Es penoso que la distancia
Borre tu edificante sonrisa,
Que río abajo
Tu sombra arrastre
Insondables márgenes
Desbocados en tu origen.
Vuela por el viento madre
Como pájaro de espuma
A la floración del anhelo
Martillando esperanzas,
Al estrellado atajo de júbilos
Que brillan desde tu hermosura,
A tus afectos
Crecidos en desvelos y sacrificios.
Ahora que tus hijos
Vuelan como los días,
Y las muñecas de mis hermanas
Se convierten
En nietas de carne y hueso,
Necesito tus ojos
Abiertos
Para vencer
La opulencia del silencio,
La triste pesadez
Hundida como barco
A pi8que en la doméstica coyuntura,
En la nostálgica brisa
Que intermitente gotea
En mis nocturnas plantaciones.
Vuélvete mariposa madre
En la muda diaria,
Para darnos el pan
Y la leche repartidos
En el paraíso de la pobreza.
Yo que vine
En tu placenta
Con abril,
Oxigenado
En el viento negro
De Esquipulas,
Cabalgando asmáticos
Cascabeles a la niñez
Te nombro
Con el amor que se levanta
Firme
Hasta tu mediodía,
Hasta el claro tendedero
De tu providencial causa,
Que me guía
En la vigilia perenne
De este paso por la vida.