Luis G. Urbina

¡Pobre galleguito, rubio y candoroso, que a América vino sin ir a la escuela! Tiene torpes andares de oso y apacible mirar de gacela. Su […]

A Jesús E. Valenzuela I A UN ÁRBOL DEL CAMINO ¿Qué dice tu nervioso gesto de Selva oscura árbol vetusto y seco sin una verde […]

El cielo y yo quedamos frente a frente. Y era como un tropel de informes canes persiguiendo una fuga de titanes las nuebes milagrosas del […]

Del raído jergón en que yacía mi perro moribundo, alzó la testa, la gran testa escultórica, orgulloso y altivo, como un dios agonizante. En sus […]

Te quiero porque en tu alma vive el germen de ternura infinita, como diáfana gota de rocío sobre una flor marchita; te quiero porque he […]

– Dolor: ¡qué callado vienes! ¿Serás el mismo que un día se fue y me dejó en rehenes un joyel de poesía? ¿Por qué la […]

¡Ave Cesar! Herido voy, herido; no me alienta la muchedumbre que en el circo clama, y entona canto a la verde rama que allí en […]

Lo sentí; no fue una separación, sino un desgarramiento; quedó atónita el alma, y sin ninguna luz, se durmió en la sombra el pensamiento. Así […]

En mi angustia, callada y escondida, sé tú como enfermera bondadosa, cuya mano ideal viene y se posa, llena de suave bálsamo, en la herida. […]

Mi padre fue muy bueno: me donó su alegría ingenua; su ironía amable: su risueño y apacible candor. ¡Gran ofrenda la suya! Pero tú, madre […]

Como al fondo del mar baja el buzo en busca de perlas, la inspiración baja a veces al fondo de mis tristezas para recoger estrofas […]

(VOCES DE LA SOMBRA INTERIOR) Como en el fondo de la vieja gruta, perdida en el riñón de la montaña, desde hace siglos, silenciosamente, cae […]

¿Qué si me duele? un poco, te confieso que me heriste a traición, mas por fortuna tras el rapto de ira vino una dulce resignación… […]

Yo tenía una sola ilusión: era un manso pensamiento; el del río que ve próximo el mar y quisiera un instante convertirse en remanso y […]

Ha de venir. Vendrá. ¿Cuándo?… No sé. Muy pronto. Escucho ya su voz remota y sus pisadas oigo. Abre la puerta, alma; que no te […]

Blanca como esta noche no he visto cosa alguna: ni el mármol, ni la nieve, ni el armiño. Semeja el cielo, un gran abismo de […]

Beso tus ojos tristes como suele sus reliquias besar, en tanto reza, una anciana piadosa. Y tu cabeza que a perfumadas liviandades huele, beso, porque […]

Yo soy muy pobre, pero un tesoro guardo en el fondo de mi baúl: una cajita color oro que ata un brillante listón azul. La […]

Un día de invierno gris y opaco. Tienen, el jardín pereza, modorra las flores, cansancio las aguas, que apenas sostienen erguidos los chorros de los […]

Déjame amar tus claros ojos. Tienen lejanías sin fin, de mar y cielo, y sus fulgores apacibles vienen hasta mi corazón como un consuelo. Deja […]