Lo que dijo judas esa noche

Largamente adiestrados en la sospecha, y hartos

De mentirnos los unos a los otros,

Canallas que sonríen

Mientras sorben sus whiskys.

Tiempo de contrición: nos hemos hecho daño.

Y hoy, si intento mirarnos como quien desde fuera

Alcanza a ver el centro de las cosas,

Veo monstruos perfectos: moscas contra un cristal.

Y sin embargo,

Hubo un tiempo de rosas salvajes en el mundo

Que habitamos a solas como amantes plurales,

Y era buena esa mano distraída en un hombro,

Beber del mismo vaso en lentas ceremonias de saliva,

Desnudos de verdad

Contra el cielo borracho de una noche inventada.

La noche es el salón que llenamos de humo casi a oscuras.

Tengo miedo a la noche que nos quita lo poco que aún nos queda:

Esas rosas, las manos sobre el hombro.

Amigos tantas veces traicionados:

Después de las mentiras, perdonémonos

Aún, mientras hay tiempo.

En el fondo seguimos siendo aquellos amantes.

Luego, si la verdad sólo nos hace daño,

Volvamos a mentirnos, pero esta vez en serio, como entonces.

Refugiémonos juntos en una gran mentira redentora:

La cascada salvaje donde nadar desnudos,

Las copas de cristal,

Cabezas reposando sobre pechos tranquilos.

Ah, no quiero, no quiero

Que muera lo que acaso dura un día,

Su huella inolvidable frente al humo disperso de este bar.

Porque la noche, el humo, nos asfixian;

Somos agua de hielo sin sabor,

Bultos entre la niebla. Nos estamos muriendo

Y qué poco os importa.

Se hace tarde. Pensad en esa música

Silbada entre dos luces, cuando sonríe el agua

Y los cuerpos están en paz consigo.

Juguetes de calor, islas agradecidas.

¿Preferís la verdad de un destino automático?

Adiós, mis traicionados amigos. Mucho tiempo

Amé vuestras facciones que ya otra luz afea y enrarece.

Va a amanecer el día sobre las flores secas.

Clausuremos el mundo con un beso.


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Poema Lo que dijo judas esa noche - José Luis Piquero