-Todas las noches me convierto en cabra
Para servir a mi señor el chivo,
Pues, vieja ya, del hombre no recibo
Ni una muestra de amor, ni una palabra.
-Mientras mi esposo está labra que labra
El terrón, otras artes yo cultivo.
¿Ves? Traigo un niño ensangrentado y vivo
Para la cena trágica y macabra.
-Sin ojos, pues así se ve en lo oscuro,
Como ven los murciélagos, yo vuelo
Hasta escalar del camposanto el muro.
-Trae un cadáver frío como el hielo.
Yo a los hombres daré del vino impuro
Que arranca la esperanza y el consuelo.