A Félix del Olmo, in memoriam
Cede el cuerpo a la fuerza del sol sobre la arena, a la fatiga.
Humilla mansamente la testuz ante el vilo de la vida y reclama – inerme ruego – exactitud,
Limpieza, brevedad.
Amaga su fulgor la luna sola. Expira el hombre en paz como paloma breve.