(A Luis Beltrán Díaz)
“Alabada sea toda/ Semejanza/ si el hombre a la orilla/
de la nada/ se atreve/ y levanta la casa de los signos”
Humberto Díaz Casanueva
I
en el sepia de la tarde/ frente al enceguecido sol de mi silencio/ la
pretensión de hablar/ con estos papeles amarillos desde siempre
II
si arrancó sus ojos/ fue únicamente/ para contemplarse/ para
buscar dentro de sí/ la luz que no se extingue/ la que no cesa/ en
la larga noche/ de la casa de los signos
III
¿Se acaba el hombre?/ preguntaste/ y el enigma sobrevive/ este
salto que señalan/ los viejos signos/ el oráculo/ las terribles cartas
del Tarot/ las tres monedas/ a las que asignamos/ tres al cielo/
dos a la tierra
IV
el enigma de la luz/ te opongo/ el enigma de las sombras/ ¿en que
orilla cabalgamos?// ¿me das tu todo/ y te devuelvo nada?// la
casa habita/ en su silencio
V
hoy es el día/ ¿cómo preguntarse por otra cosa?/ lo terrible de
este momento/ esconde la grandeza que señala/ un pacto inédito
entre luz y sombra
VI
sobreinfinito/ el hombre interroga/ o musita un deseo/ un trueno
lejano/ en el llano sin nombre