La alondra construye con su canto
topacios inalterados por el vuelo:
paisajes remotos en lo inmediato…
El sol en los viñedos de las colinas
y las últimas sombras en la tierra
bajo el cielo plateado más que azul.
Cristales nacidos de los 4 vientos:
memorias de viajeros que no aceptan
límites a su libertad de movimiento.
El dulce trino en el fervor asciende
dejando abierta una estela luminosa
que recupera lo que parecía olvidado:
lo mejor de nuestro destino personal.
La pasión del vuelo es la clave,
la canción es el espacio
pero el que canta
es el tiempo.
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