Como llegó el verano tú te inclinas
A tus espigas, solo. Nadie sabe
De nadie, ni preguntas. Hay el suave
Cabecear que el viento arremolina.
Hay sudor como hay frentes como hay luna.
Como hay gente que llega o que se muere
Y un carnaval – Hermano, a nadie esperes –
De soledad más sola que ninguna.
Pronto serán de pan estas espigas.
A una mesa, sentada alrededor,
Se hablará gente de cien mil raleas.
Se rozarán las manos, casi amigas,
Y el rico bailará con la más fea,
Que no hay cosa más rara que el amor.
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