Invitación al sol

Yo necesito el sol sobre mis días.
Necesito sentir como resbala
Sobre mi piel, como me templa el alma
Poblándola de cálidas urgencias
Que la hacen despertar más intangible,
Menos inerme al flujo de las sombras
Que, inevitablemente,
Habrán de avecinarse.
Sol de otoño:
Manzana roja, desayuno ardiente
Que me sirve, puntual, la ansiada aurora,
Magia de luz total con que apuntillo
Esas noches letales en que todos
Nos volvemos anónimos, oscuros,
Errantes sin razón por la arboleda
Voraz de las tinieblas.
Sol profundo:
Tú nos devuelves siempre a la hora en punto
La identidad perdida bajo un plagio
Lunar frío y lejano. Tú nos haces
Hermanos de las vides, camaradas
De los olivos viejos
Que, en vigilia silente y retorcida
Te aguardan cara al mar, siempre arraigados
Igual que yo, sobre esta tierra nuestra
Que abraza con su sino irrevocable
Nuestras viejas raíces. Y es que ambos
-mi tierra y yo – sabemos
Que si el sol no volviera a derramarse
Sobre nosotros, este tiempo nuestro
Sería todavía más exiguo…


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Poema Invitación al sol - Ramón Graells Bofill