No pueden ni podrán sacar partido
De su salud, su tiempo o su energía.
No se vende ni compra su poesía
Y pocos saben para qué ha nacido.
Está sin más, abierto, agradecido,
Mas parece cerrado. Su osadía
Es la vida sin fruto, y su alegría
No tiene causa, meta ni sentido.
Cual árbol cuyo tronco es tan nudoso
Que nadie tala, cuya rama llena
De extrañas hojas da sombra y cobijo
A cuantos se le acercan, su valioso
No hacer es la mitad fértil, serena,
Donde el presente oculta su acertijo.