Insomnio

Cuán largas son las horas
De sufrimiento!
Cuán tristes son las noches
De los enfermos!

Por el día, los ruidos
Y el movimiento;
El calor de los rayos
De un sol de fuego,
Y la brisa que pura
Restaura el pecho;

El jugar de los niños,
Siempre contentos,
El estar en la casa
Todos despiertos,
La abundancia de vida
Y el bien ajeno,
Sobre los propios males
Extiende un velo.

Mas cuando el sol se oculta,
Y en el silencio
Acrecienta las penas
Insomnio eterno,
Y cruzamos el mundo
De los recuerdos
Amargando el presente
Goces que fueron;

Cuando sólo se escucha
Rugir el viento;
El reló perezoso
Marcando el tiempo,
Y el respirar forzado
De nuestro pecho.

Cuando no hay en la casa
Risas ni juegos;
Cuando todos dormidos
Parecen muertos
Y cuando ya la aurora luce
En el cielo,
Corona de zafiros,
Manto de fuego,
Y a la luz de la vida
Y el movimiento
El mundo se despierta
Feliz, risueño,
El reposo buscamos,
Y sobre el lecho
Se desploma el rendido
Mísero cuerpo,

Los que pasáis la noche
Placer bebiendo,
En el baile y la orgía,
Teatro y concierto,
El espíritu alegre,
Robusto el cuerpo,
Que ignoréis siempre, siempre,
Pido en mi ruego,

¡Cuán largas son las horas
De sufrimientos!
¡Cuán tristes son las noches
De los enfermos!


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Poema Insomnio - José Gautier Benitez