Iii. plaza del rossio

Se imagina el silencio entornando los ojos: la memoria

Revela una apariencia distinta

Donde la noche deshace los encajes del agua.

Con tesón de marea que rompe un sosiego de siglos,

La tarde se espesa igual que la bruma:

Se abre paso, con urgencia, una inquietud de yeso.

Solitarias, las gaviotas fragmentan la plaza vacía,

Inmóviles a veces, como bóvedas dañadas.

Las hojas huyen movidas por el aire

Y un olor a puerto remansa en la mente

Desolación con mugre de taberna

Y pátina de naufragio.

Así la vida.

Así la luz extraña de lo muerto.

Hay quien vende claveles

O quien vidria su voz en saudade de fado.

Las palabras no deciden

El temblor que envuelve a las cosas

Ni el aire viciado del garito

Donde tú, yo y otros tantos turistas

Mantenemos vínculos escasos con el mundo.


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Poema Iii. plaza del rossio - Juan Ramón Mansilla