Hora que fue, feliz y aun incompleta,
Nada tiene de mí más todavía,
Sino los ojos que la ven vacía,
Despojada de mí, de ella sujeta.
La vida no se ve ni se interpreta;
Ciega asiste a tener lo que veía.
No es, ya pasada, suyo lo que cría
Y ya no goza más lo que sujeta.
Es el eterno gozo quien apura
El ocio vivo y la pasión futura.
Sobreviviendo a su interior abismo,
El amor se obscurece y se suprime,
Y mira que la muerte se aproxime
A la vana insistencia de mí mismo.