Hombre

He aquí un hombre;
profundidad, hastío y final de nada.
He aquí un hombre.

Cree que el Caos tiene padre,
arterias, que es posible cifrar un ritmo
a su campana y
pare, a gritos, pañuelos
que tomando los cabos
de todo lo que ocurre
de todo lo que no pasa, hilan
con aguja de hombre
cada amanecer. Tan sólo eso.

Todo arrullo es religión y
toda religión es innoble
porque no mata.

Párpado, pulso, pensamiento,
de hastío a hastío,
sucede que el hombre sólo es
en cuanto gota y
gota a gota se degrada
(¡carne de tambor, suma,
por Dios, un “te amo!).

Pero no.
No se experimenta el amor, se sufre
la pulpa de los otros, su caso.

¿Y la luz?
La luz es un mandato
que nadie profirió.

odo arrullo es religión y
toda religión es innoble
porque no deja morir.


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Poema Hombre - Julieta Valero