Hacia el lecho del alba

¡Qué tristes nos sentimos alma mía!
Cómo nos hiere el árbol en el llano,
La raquítica milpa
Y los hombres llorando,
Maldiciendo la vida.
Pero al surgir el sol
Sobre la cumbre
La tristeza se olvida
Y diáfana y radiante
Ante la espléndida alborada vibras.
Quieres llegar de un salto
Al horizonte
Cruzando la neblina
Y deshacerte en lluvia de colores.
Quieres volar en el espacio virgen
Con simétricos giros
Y salpicar la tierra con diamantes
Cual si fuera rocío,
Pero las alas que te ha dado el cielo
No soportan el peso de mi cuerpo
Y cristalizarás tus ilusiones
Hasta que me halle muerto.
—–
Desvanecida la fugaz euforia
Retorna la tristeza y los lamentos,
(en tanto el implacable sol
Nos quema)
(desde el centro del cielo)
Vuelve a herirnos
El sufrimiento ajeno.
¡Qué hacemos alma mía!
Busquemos una sombra
Y reposemos.
Acuérdate que somos impotentes
Frente al hambre del pueblo.
Llegando la frescura de la noche
Volverán nuestros sueños.


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Poema Hacia el lecho del alba - William H. González