Mira estamos vivos.
Siento la savia oscura galopar en mis cauces.
La luz borra quimeras
-huéspedes de párpado ceñido –
Y dibuja sin prisa tu contorno olvidado.
El nácar de la arena tramonta el aire y se deshace.
En la playa las huellas son testigo.
Mi aliento y tu cuerpo palpitante repican:
Ya ves
Estamos vivos.