Estaba melancólico yo, cielos,
Por ver que un imposible apetecía,
¿qué haréis agora, pues, desdicha mía,
Si sobre un imposible os cargan celos?
Corales dan al corazón consuelos,
Y en mí corales son melancolía:
Vuélvase a un desdichado en noche el día;
Lo que a otros da quietud, a mí desvelos.
Sabio dicen que soy, mas si lo fuera,
Tuviera en mis pasiones sufrimiento;
Pero, ¿quién le tendrá con tanto agravio?
Siempre el entendimiento fue su esfera,
Y contra injurias del entendimiento
Jamás supo tener prudencia el sabio.