Entonces

Ap. 21, 1 “…y ya no había mar.”
Entonces, será entonces cuando al fin pueda verte
Sin símbolos, sin velos, cuando ya la plegaria
No se requiera y cuando la sombra de la muerte
No sea el polo opuesto de la ambición diaria.
Entonces habrá altares tan solo en el recuerdo
Y dejará Tu carne de oler a simple pan.
Tu sangre habrá llegado con muchos a un acuerdo
Y nuestro primer nombre será otra vez Adán.
Entonces el pecado, esa maldita herencia
Que seduce las almas y esclaviza la piel
Se deshará en Tus manos, que con santa paciencia
Enjuagarán con vino nuestro aliento de hiel.
Entonces en Tu cuerpo no tendrás cicatrices
Pues no quedarán dudas como la de Tomás
Y habrá paz en los rostros de los hombres felices
Que labrarán sus tierras sin mirar hacia atrás.
Entonces los rosarios serán de frescas rosas
Y cada cruz la llave para el bendito edén
Donde ya renovadas, por fin, todas las cosas
Servirán de reposo para el hombre de bien.
Entonces, sólo entonces, el hombre redimido
Del castigo y del tiempo dejará de llorar
Y Tú, juntando el llanto, todo el llanto vertido,
Secarás nuestros ojos… ¡y será el fin del mar!


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Poema Entonces - Jorge Antonio Dore