Yo imaginaba
Peces inverosímiles
Bajo ese mar que era – entre ocres y azules –
De un verde titubeante,
Cuando el ferry ancló en Ellis Island.
Entonces,
Mi corazón hiló historias de emigrantes
Que pasaron por allí
Llevando en su equipaje
Las amadas,
Pequeñas cosas:
Un retrato,
Un reloj,
Un espejo,
Los viejos libros heredados,
Las semillas de la tierra que dejaron.
Hoy,
En Ellis Island,
Las paredes
Ennegrecidas por el tiempo
Sólo guardan las memorias
De los altos,
Ojiazules hombres y mujeres,
Que vinieron del mar.
Hoy,
Los robledales bosquejan
Sus sombras en actitud litúrgica,
Mientras observo desde el ferry
Apagada la luz del corazón.
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