El tiempo desnuda frente al sol nuestros rostros;
Nos cambia profundamente entre el rumor de la arena.
Aunque vengas, la luz no es la misma;
Ahora hay sombras sobre el sueño del césped.
Cómo ha cambiado el tiempo aquella carne develada
Aquella mirada de impaciente embriaguez, extraña
Ternura, hechicería de los labios, pájaros derretidos.
Todo era diferente cuanto rodeaba tu rostro…
El tiempo nos ha cambiado y sólo nos deja sus despojos.
Toda la luz nos era fiel en la ternura
Como piedra sobre piedra: ardido calor: continuo fuego,
Y no ceniza huidiza de peces sin litoral.
Lejos estamos de la lucidez: tocamos la fugacidad de las alas,
El traje hondo del océano, la juventud mágica…
El tiempo nos ha hecho guitarras diferentes:
Rejas las cuerdas de su índigo para mirar el horizonte
Con el rostro de mi soledad absoluta…