[ Pelayos, 1990 ]
El sol está en el centro
Herido de la tarde.
Me envuelve un coro
-amarillo y metálico –
De seres inasibles.
Fatigados los ojos se demoran
En el vuelo
De abejas y libélulas.
Imagino otra vida
-tan callada, tan quieta –
Como ésta.
Siento otro corazón
Como mi corazón.
Y una tarde – desnuda
Y blanca-,
Lo mismo que esta tarde.