br/>(“Que del arte ostentando los primores”) br/> br/>Allí en donde el ángel nos revela br/>su celeste palabra iluminada; br/>allí mi alma atenta se desvela sola br/>de madrugada a madrugada. br/> br/>Por esta voz eterna que ella anhela br/>verla en carne de estatua edificada, br/>hay una fría caricia que la hiela br/>y un fuego que la enciende en llamarada. br/> br/>No da el ángel su voz, porque la tira br/>desde aquel alto desolado clima br/>de la noche cerrada en que delira. br/> br/>Hay que bajar del cielo a lo más hondo br/>de la insondable entraña de la sima, br/>para alcanzar su voz que está en eL fondo.