El hacha

Mujer, voy a podarte como se poda un árbol
Bajo el que disfrutamos entrañables momentos.
Cada rama que tronche será como un pedazo
De mi amor astillado que acabará en el fuego.
De tanto haber vivido debajo de tu copa
Conforme con el rayo que tú me concedías,
Me acostumbré a una pobre porción bajo la sombra,
Me arrebataste el cielo, la luz y la alegría.
Te propuse mi tierra y en mí echaste raíces,
Te regué y floreciste con flores de cristal
Pero se me rompieron cuando tú me las diste
Porque nunca quisiste dejarlas perfumar.
Me condenaste al musgo. Como un escarabajo
Viví, anidé en cavernas, sangré con los espinos…
Gracias a tu desprecio me has hecho fuerte abajo,
Me has convertido en hacha sin yo haberlo querido.
Tal vez, mejor te tale – es mucho más rotundo –
Para que ni siquiera puedas reverdecer.
No me embriaga tu savia ni le temo a tus nudos.
En breve tu recuerdo será leña a mis pies.
Pero en definitiva, voy a desarraigarte
Pues, para que lo sepas,
No quiero que perduren vestigios ni señales
Que puedan recordarme que ayer yo fui tu tierra.


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Poema El hacha - Jorge Antonio Dore