Carta a Diana Krenn en su cumpleaños
Es grave ser adulto, amiga mía,
tener que comprender lo que se odia,
tener que no escupirle, convivir,
ser sensato, sentir que la saliva
te pide explicaciones y ternura.
Es triste cada día ver que nadie
quiere llamar las cosas por su nombre
(aunque, ¿quién sabe el nombre de las cosas?)
sin cerrar los ojos, humillarlos,
mirar los pies sin dónde, las aceras.
Llevamos en los ojos todo lo que nos falta,
miramos a carencias, de puntillas,
perdemos horizonte, poco a poco
iremos pareciéndonos a seres que no somos.
Estamos en peligro. Por ejemplo,
ya ya he sentido miedos que sé que no son míos.
Sólo la diosa Irse,
egipcia nos requiere, amiga mía.
Sólo la diosa Irse y nuestra voz
color violeta exilio,
tu generosidad apasionada
cantándonos boleros y contándonos qué.