El mundo respirando en esta página, blanca de luz, vacía.
Busca la mano espacios no habitados en la memoria viva.
Abren su boca la sed y el hambre; como dos fantasmas gritan silencio sus dolientes voces.
El resplandor del giro decisivo; la gravedad del astro que agoniza.
La materia expresando sus límites: la forma que contiene la ausencia en su recreo.
Tú sigues en tu sitio, presente centinela, acechando – sin tiempo ya – el misterio.
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