I
La política es una forma de amor, pero no viceversa;
Por algo en el amor es mucho más fácil tener el corazón caliente
Que la cabeza fría.
Ii
El hombre bueno casi siempre se aburre de sus rencores.
Pero siempre hay un rencor que confirma la regla.
Iii
La muerte es una traición de Dios.
Iv
¡Si uno conociera lo que tiene, con tanta claridad
Como conoce lo que le falta!
V
Cuando una mujer dice: “Todo tu cuerpo es corazón”,
Es porque todo su cuerpo es corazón.
Vi
Desde que los hijos educan a los padres,
Se acabaron los complejos de Edipo.
Vii
El pan nuestro de cada día provoca gases y malas digestiones.
Viii
Cuando sueño contigo no hablo sino que canto en sueños.
Ix
Cuando parece que la vida imita al arte,
Es porque el arte ha logrado anunciar la vida.
X
Los Otros que invento son confidencias sobre aquello
Que desgraciadamente no me ocurre.
Xi
La generosidad es el único egoísmo legítimo.
Xii
Epitafio para un vanidoso: “Bah…”
Xiii
La soledad es también un homenaje al prójimo.
Xiv
El inconveniente de la autocrítica es que los demás
Pueden llegar a creerla.
Xv
Los Otros que invento dicen a veces cosas que yo no habría dicho
Ni aunque fuera otro.
Xvi
No es que uno no cambie, sino que el espejo no tiene memoria.
Xvii
No seamos sectarios: la infancia es a veces un paraíso perdido.
Pero otras veces es un infierno de mierda.
Xviii
Un torturador no se redime suicidándose.
Pero algo es algo.
Xix
Contra el optimismo no hay vacunas.
Xx
Cuando el infierno son los otros, el paraíso no es uno mismo.
Xxi
El vicediós siempre es ateo.