Cuando en la planta con afán cuidada
La fresca yema de un capullo asoma,
Lentamente arrastrándose entre el césped,
Le asalta el caracol y la devora.
Cuando de un alma atea,
En la profunda oscuridad medrosa
Brilla un rayo de fe, viene la duda
Y sobre él tiende su gigante sombra.