Cruz, descanso sabroso de mi vida
Vos seáis la bienvenida.
Oh bandera, en cuyo amparo
El más flaco será fuerte,
Oh vida de nuestra muerte,
Qué bien la has resucitado;
Al león has amansado,
Pues por ti perdió la vida:
Vos seáis la bienvenida.
Quien no os ama está cautivo
Y ajeno de libertad;
Quien a vos quiere allegar
No tendrá en nada desvío.
Oh dichoso poderío,
Donde el mal no halla cabida,
Vos seáis la bienvenida.
Vos fuisteis la libertad
De nuestro gran cautiverio;
Por vos se reparó mi mal
Con tan costoso remedio;
Para con Dios fuiste medio
De alegría conseguida:
Vos seáis la bienvenida.
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