En sus ojos un mar contempla un cielo
-olas en paz y cielo despejado-.
Doble, el azul alcanza el solo estado
En la feliz fusión de aquel desvelo.
La luz esplende en su color, y el duelo
De este sombrío corazón – tocado
Por su rayo certero – es derrotado,
Rodando al fin su sombra por el suelo.
Azul para soñar entre sus olas,
Vagar sobre sus nubes o cantar,
Como sus lirios, a la primavera.
Azul para apreciar su luz a solas
De mar, de cielo, o para acariciar
Sus ojos otra vez, de otra manera.